Es simple: brioche

Que haya levadura en casa es una invitación muy difícil de negar. Generalmente no compro, porque cuando lo hago, me veo obligadísima (¡puf!) a hacer pan. Y el pan en casa, vuela. Mucho más si es casero.

Generalmente, la levadura en casa empieza con E. "Hoy hago pizza." Es su especialidad y siempre las hace con distintos ingredientes, una más rica que la otra.

Pero me voy por las ramas. Hay levadura. Hay pan. Y antes de que empiece a hacer mucho calor tenía que haber brioche. Si no la probaron nunca, la brioche es húmeda, un poco dulce, un poco ácida por la cantidad de tiempo que fermenta y muy, muy, muy mantecosa. ¿Y dije rica? Es RICA.

Con una amasadora de pan, hacer brioche es fácil. A mano, lleva su tiempo y un poco de músculos.

Para hacer mejores las cosas, los rabanitos que estuve cuidando en mi huerta todavía chiquitita empezaron a asomar. Y fue hora de cosecharlos. Por si no lo sabían, hacer crecer rabanitos es una de las cosas más fáciles que hay. Compran semillas, las tiran en la tierra, la riegan y en 1 mes los tienen listos y frescos para comer. ¡Doy fe!

De todas las otras cosas que estoy intentando hacer crecer en el patio (zanahorias, tomates, duraznos, hierbas, ceboolla de verdeo, etc.) lo otro que ya estaba listo era la rúcula.

Brioche, rabanitos y rúcula; un queso filadelfia con un poco de limón, sal y pimienta y listo. La cena. Fue imposible sacar fotos. Además de ser de noche, desapareció en un minuto.

Les dejo una receta de brioche. Yo la hice a mano, así que todos pueden. Dos versiones: en molde de budín, hacen un pan grande; en molde de muffin, espolvoreados con azúcar, hacen un pancito ideal para el mate.

Receta: Brioche

Salen 12 pancitos individuales o 2 panes medianos

30 g azúcar
3 huevos
1/2 cdta sal
400 g harina
25 g levadura fresca (o 5 g de levadura en polvo)
200 g manteca pomada (podés usar la mitad si querés, pero la brioche lleva mucha manteca)
30 cc leche

Mezclá el azúcar, la harina y la sal.

Disolvé la levadura en la leche.

Si tenés amasadora, poné todo junto y comenzá a mezlcar hasta que se forme una masa, agregando los huevos de a poco.

Si no tenés amasadora: ¡fuerza en esos brazos!

Cuando la masa haya tomado, empezá a agregar la manteca pomada de a poco. Se te va a pegar todo y parece que no agarra más. Lleva su tiempo (a mano, como 20 minutos o más), pero finalmente, creeme, se empieza a despegar de la mesada. Cuando eso pasa, seguí amasando un poco más. Tiene que quedar una masa muy tierna y que no se pegue a tus dedos.

En un bol, dejala levar en un lugar tibio, tapada con un film, durante 1 hora.

Desgasificala, amasala un poquito más y volvé a ponerla en el bol, tapada, pero esta vez llevala a la heladera por unas horas. Idealmente, 1 día entero, pero con 8 o 10 horas ya está bien. Cuanto más lo dejes fermentar, más ácida va a quedar. A mí me gusta dejarla 1 día entero.

Cuando haya pasado el tiempo, cortá los bollitos de masa individuales de 60 g, si querés ser exactos, y dale forma. Podés ponerlos en moldes de muffin individuales o acomodarlos en un molde para pan o budín y armar un pan más grande.

Dejá levar en un lugar tibio por 30 minutos o hasta que hayan duplicado el volumen.

Pintá con huevo. Yo a los individuales los espolvoreé con azúcar.

Llevá a un horno moderado de 180ºC durante 30 minutos si son chiquitos o 45 si son más grandes. Andá chequeando el horno: cuando están dorados, ya están.

Los podés guardar envueltos en film por lo menos 1 semana fuera de la heladera o hacer como yo que hago bastante y lo freezo.