Típico de acá

Hay cosas que son bien de acá, como la pasta frola. Verla todos los días en las panaderías, confiterías, y prácticamente en cualquier casa de tortas aburre. El problema de las cosas que están en todos lados es que, como son clásicos tan clásicos, la necesidad de hacerlos baratos para que estén al alcance de todos hace que poco a poco la calidad baje. Y entonces las dejamos de ver.

Con la pasta frola, en mi caso, pasó eso. En general, la masa es seca, el relleno es poco y lentamente dejé de tener ganas de pedirla.

Por si no la conocen, la pasta frola es una tarta muy similar en aspecto a la torta Linzer, solo que la masa es de sabor neutro (a diferencia de la Linzer, que es especiada) y lleva un relleno típico de la Argentina: dulce de membrillo. Lleva una masa brisé, que es liviana y aireada y que se deshace en la boca. Por el relleno, es muy dulce y típicamente se come para la hora del té o del mate.

Pero como les digo, las que compramos en las confiterías no suelen ser así.

Por eso, cada tanto, vale la pena volver a estos clásicos para redescubrirlos y recordar lo ricos que son cuando los hacemos con nuestras propias manos. Además, hay infinitas variantes: a la masa se le puede poner cacao y al relleno, reemplazarlo por dulce de batata (¡otro típico!), dulce de leche, dulce de arándanos o cualquier otra mermelada bien espesa.

Receta: Pasta frola

Sale 1 tartera grande de 24 cm o 4 chiquitas

400 g harina común
10 g polvo para hornear
4 cdas. azúcar
2 yemas
1 o 2 cdas crema (solo si hace falta)
150 g de manteca
1 cdta esencia de vainilla
750 g dulce de membrillo / batata / arándanos / etc. Puede ser más, si lo queremos con mucho relleno o menos si preferimos que sea menos dulce.

Precalentá el horno a 180ºC.

Tamizá la harina con el polvo para hornear.

Agregá el azúcar y la manteca fría y desmigajalo con las manos hasta que se forme un arenado finito.

Sumá las yemas y la esencia de vainilla y tomá la masa lo más rápido que puedas. Si los huevos son chicos, quizás tengas que agregar una o dos cucharadas de crema o leche o agua para que la masa se termine de formar.

Envolvéla en film y dejala descansar en la heladera por lo menos 30 minutos.

Separá un poquito de masa para armar el enrejado de arriba y estirá el resto para forrar una tartera, que no hace falta que esté enmantecada.

Pisá con un tenedor el dulce hasta formar una pasta y colocalo sobre la masa.

Estirá lo que queda de masa y cortá tiritas. Usálas para armar un enrejado sobre el dulce.

Llevá al horno durante 25 minutos o hasta que esté doradita por arriba y en los bordes.

Dejala enfriar antes de desmoldar porque si no, se va a romper.

Disfrutala con un rico mate a la tarde o con un tecito.