Los libros de cocina y una panna cotta especial

Entre mi amor por la lectura y la cocina están los libros de cocina. Podría quedarme horas mirando las fotos y pensando cómo hicieron para que esto quedara así y aquello saliera de esa forma; pero es raro que haga alguna de las recetas. Pienso que no explican bien alguno de los pasos o que les falta algo. Que nunca va a quedar igual.

Prefiero que los libros sean más bien una inspiración, que me den ideas sobre cosas que quiero hacer o que me gustaría probar. Sobre combinaciones que todavía no se me ocurrieron o sobre otras formas de hacer las cosas.

Hay algunos que me dan ganas de sacar fotos. Usan un sinfin de telas, platos, cucharas y otras tantas cosas que me encantaría tener. Otros, directamente me dan hambre.

Pero cada tanto encuentro alguna buena idea o algo que realmente quiero probar. Por ejemplo, nunca hice falafel. Me encanta, pero nunca se me ocurrió hacerlo en casa. Y ayer, con mi flamante Mi primer libro de receteas de Juliana López May, ví la receta y pensé que tenía todo lo que hacía falta para hacerlos así que puse a remojar los garbanzos. Y ahí están... remojándose...

Por eso, primero les voy a contar de una receta mucho más fácil que sale de este mismo libro y que hice hoy a la tarde y que me encantó: panna cotta de yogurt.

Siempre hice la panna cotta con crema, que es la forma tradicional de hacerla, y quise probar la versión de Juliana. La adapté un poco y, como buena pastelera, anoté las cantidades en gramos (¡las tazas y cucharadas siempre me traen problemas!).

La panna cotta que conozco es mucho más sólida, casi como un flan. Pero la de esta receta es mucho más como un yogurt bien, bien espeso y con un gusto suave. ¡Mmmmm! 

Hoy la comí sola a la mañana, sin absolutamente nada y acompañada con un café. Y la verdad es que es muy rica. Se me ocurre ponerle granola para un desayuno más potente o tal vez frutas en almíbar, como sugiere Juliana, para un postre más sofisticado.

Para la próxima, prometo contar cómo salió el falafel.

Receta: Panna cotta de yogurt

para 5 potecitos individuales

250 g de leche

2 semillas de cardamomo

1 pedacito de anís estrellado

50 g de azúcar rubia

350 g de yogur natural

4 g de gelatina sin sabor

20 g de agua

· Poné a hervir la leche con las especias y el azúcar. ¡Que no rebalse!

· Apagá el fuego, tapá y dejá reposar unos minutitos para que tome todos los sabores y se entibie.

· Mientras tanto, hidratá la gelatina en el agua y dejá que la absorba toda.

· Cuando haya tomado, calentala en el microondas unos segundos o a baño maría para que se derrita. ¡Voilá: gelatina hidratada!

· Ahora, mezclá todo junto y ponelo en compoteras individuales o, como propone Juliana, en esas tazas de té lindas que siempre hay en todas las casas.

· Tapá con papel film y llevá a la heladera unas horas hasta que se ponga firme.

· Servílo con fruta fresca o en compota... ¡o así sólo también!